BANDERA DE CHUQUISACA | ESCUDO DE CHUQUISACA |
El 25 de mayo se recuerda el levantamiento popular ocurrido en 1809 en la ciudad de Chuquisaca (actual Sucre), contra Ramón García de León y Pizarro, gobernador de la Provincia de Charcas.
A pesar de que este hecho es considerado como el primer grito libertario de América, en principio el movimiento se proclamó fiel al rey Fernando VII, que se encontraba entonces prisionero de Napoleón Bonaparte en Francia, después de la invasión de España por parte del ejército francés. Sin embargo, la Revolución de Chuquisaca sirvió de marco para el accionar de un grupo de patriotas (Mariano Michel, José Manuel Mercado, Álvarez de Arenales, Gregorio Lanza y Bernardo de Monteagudo) que propagaron las ideas independistas en varias ciudades, y particularmente en La Paz, donde la insurrección estalló el 16 de Julio. Reprimido violentamente este segundo levantamiento más radical, el movimiento de Chuquisaca fue desarticulado.
El contexto de la Revolución de Chuquisaca
Entre 1808 y 1814, Napoleón Bonaparte ocupó el reino de España. La corona española prefirió abdicar antes que trasladarse al Nuevo Mundo, al contrario de lo que había ocurrido con la corona portuguesa. Mientras Fernando VII era prisionero en Francia, José Bonaparte, hermano de Napoleón, fue proclamado nuevo rey de España.
Los insurgentes de la Revolución de Chuquisaca, por un lado, no reconocían a José Bonaparte como nuevo rey de España y, por el otro, buscaban evitar que el gobernador García de León y Pizarro entregara la provincia de Charcas a la infanta Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII y esposa de Juan IV rey de Portugal que, habiéndose trasladado con la corte portuguesa a Río de Janeiro, aspiraba a asegurarse un trono para sí misma en América del Sur.
Los hechos del 25 de Mayo de 1809
El 25 de mayo de 1809 los oidores de la Audiencia de Charcas, el alto Tribunal de la Corona Española que tenía su sede en Chuquisaca, ordenan el arresto del gobernador intendente Ramón García de León y Pizarro, acusado de apoyar la conspiración a favor de la infanta Carlota. García de León se entera del peligro y se adelanta mandando a apresar algunos de los oidores y de los miembros del cabildo de Chuquisaca que logran ocultarse, pero uno de ellos, el juez Jaime de Zudáñez, es arrestado. Para llamar al pueblo a la revuelta, se hace sonar una de las campanas de la iglesia de San Francisco hasta rajarse, la misma que será llamada ‘la campana de la Libertad’ y que luego sonará cada 25 de mayo en recuerdo de los hechos.
El pueblo y los estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier llenan las calles, al grito de ¡Muera el mal gobierno, viva el Rey Fernando VII! Una delegación solicita el retiro de la artillería desplegada por el gobernador, que acepta, pero, una vez que los delegados populares entran en el palacio, los oficiales leales al gobernador abren fuego sobre la multitud, matando a algunos de ellos. El pueblo reacciona apoderándose de la artillería y exigiendo el arresto del gobernador. García de León y Pizarro dimite y la Audiencia asume el mando político y militar de la zona, nombrando a Álvarez de Arenales como comandante general del ejército.
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Economía
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al 2015, los sectores que más aportan a la economía del departamento de Chuquisaca son la administración pública (21.88%), constituida por la Gobernación, Alcaldía y Órgano Judicial con sede en la ciudad de Sucre, seguida por la extracción minera y la explotación de hidrocarburos (14.60%), la agricultura con el 13.79% y las industrias manufactureras con el 12.05%.
El departamento produce maíz, trigo, cebada, papas, legumbres, verduras, hortalizas y frutas en los valles de clima templado, y cítricos en las zonas semicálidas y cálidas. La ganadería tiene índices elevados, sobre todo en cuanto al ganado porcino, caprino y ovino. Entre las industria manufactureras destaca la industria cementera, que explota los grandes depósitos de caliza.
Comida típica
La comida chuquisaqueña es una de las más apreciadas de la gastronomía nacional. Uno de sus rasgos más distintivos es el empleo intensivo del picante, ya sea en forma de locoto, ají colorado o ají amarillo.
Chorizo chuquisaqueño: se sirve antes del mediodía y se acompaña con cerveza negra.
Empanadas: en Sucre nació la salteña, una de las empanadas más apreciada.
Picante de pollo: a base de pollo y ají colorado, se acompaña con chuño y papas.
Fritanga: es preparada con carne de cerdo, ají colorado, cebolla y mote blanco.
Mondongo: parecido al anterior, se sirve con mote de maíz cocido, piel de chancho y ahogado, y es tradicional en la temporada de Todos Santos.
Karapecho: se elabora con charque seco, papa y mote.
Sulka: se prepara con carne de res y maíz, y se sirve con ensalada de lechuga, tomate y cebolla.
Koko de pollo: a base de pollo cocido en chicha.
Danzas y vestimenta tradicionales: la fiesta del pujllay
Todos los años, el tercer domingo de marzo, en la localidad de Tarabuco (provincia de Yamparáez), se realiza el pujllay (del quechua puqllay, “jugar, juego”), el Carnaval de los Yampara. La fiesta conmemora la victoria de las comunidades indígenas de la zona sobre los españoles en la Batalla de Jumbate (1816), durante la Guerra de Independencia, y celebra también la ofrenda anual a la Pachamama. En la fiesta destacan el pukara – una plataforma o altar de piedra en el cual se atan cintas, globos y comida – la música interpretaba con los instrumentos nativos de viento, y las danzas que los Yampares realizan vestido con sus variopintos trajes tradicionales.
Vestimenta masculina. En los días de la celebración del pujllay, los hombres yampara visten la “almilla”, una camisa negra, y un pantalon de dril blanco sobre el cual va otro pantalón de paño negro. Llevan un chumpi, o faja de lana tejida, un siki unku, poncho a rayas multicolores, y un grueso cinturón de cuero repujado al cual atan campanillas o cencerros que repican a cada movimiento. Sobre los hombros llevan un poncho “pallado” o de fiesta (kunka unku), con muchos colores y motivos, y un amplio pañuelo rosado o rojo. Para la cabeza utilizan una cofia blanca, con dos cintas bordadas que caen sobre la espalda, y una característica “montera”, una especie de casco de cuero que imita a los de los conquistadores españoles. Las monteras son “ticachascada” (es decir ornadas con flores de tela) y cubiertas de hilos de plata y lentejuelas. Los pies son protegidos con polainas de colores hasta las pantorrillas, sandalias con enormes suelas de madera (de hasta 10 cm de alto) y con espuelas de hierro que resuenan durante la danza marcando el ritmo.
Vestimenta femenina. Las mujeres visten una “almilla” negra y una falda o ajsu, y se cubren con una bellísima manta (llijlla), de colores vivos, que amarran con un tupu o prendedor de plata. Utilizan un sombrero plano (pacha montera), con lentejuelas y cintas de colores, y sobre la frente llevan un cintillo (watiña) del cual penden monedas y más cintas. Los cabellos son recogidos en trenzas con tuymas.