BANDERA DEL BENI | ESCUDO DEL BENI |
El 18 de noviembre de 1842, en ocasión del primer aniversarios de la Batalla de Ingavi, el Presidente José Ballivian creó el Departamento del Beni, en el territorio de las Misiones de Moxos, con la finalidad de fomentar su poblamiento e impulsar el estudio de nuevas rutas fluviales y terrestres que unirían esta región con el occidente del país.
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Economía
Las ganadería es la principal actividad económica del Departamento del Beni. Introducida por los misioneros jesuitas en el siglo XVII, hoy en día cuenta con aproximadamente 3 millones de cabezas de ganado. Se trata de una ganadería extensiva, que se desarrolla en los pastizales de la sabana, y está principalmente enfocada en la producción de carne para el consumo a nivel nacional.
Entre los productos de origen silvestre, destinados sobre todo a la exportación, están la castaña y el cacao. La castaña se recolecta en los bosques de la provincia Vaca Diez, mientras que la región de Baures, en la provincia Iténez, es la zona del cacao más apreciado. Los bosque del Beni poseen también una gran variedad de especies maderables.
En la agricultura, destinada al consumo local, los cultivos principales son la yuca, maíz, plátano, arroz y frutales. La pesca es otro importante sector productivo, con la comercialización al interior del país y la exportación de las especies de los ríos y lagunas tropicales, como el surubí y el pacú.
En cuanto a la actividad minera, tiene cierta relevancia la extracción de oro en la serranía de San Simón
Comida típica
Siendo la ganadería una de las principales actividades económicas de departamento, y dada la riqueza piscícola de sus ríos, la carne vacuna y el pescado son la base de la gastronomía beniana, junto con la yuca y el plátano que son utilizados en la preparación de alimentos y bebidas.
Keperi beniano: es un plato preparado con carne vació, dejada macerar en jugo de limón o pomelo toda la noche y cocida al horno por 4-6 horas, para que ablande. Se acompaña con arroz con queso, yuca y ensalada de maíz.
Surubí y pacú fritos o al horno: el surubí y el pacú son peces de grandes dimensiones muy comunes en los ríos benianos. Se consumen fritos o al horno, acompañados con yuca frita, arroz graneado, ensalada de lechuga y tomate.
Caldo de Bagre: la base es el bagre, un pez que vive en lagunas y aguas bajas, y lleva también arroz y plátano verde.
Sarapate de Peta: tradicionalmente este plato se consume en las épocas de inundaciones, cuando la tortuga es la única fuente de proteína disponible en la región amazónica. Se cocina por muchas horas en el mismo caparazón de la tortuga, luego se le agregan yuca y plátano para formar una crema espesa.
Cheruje de plátano: sopa a base de charque de costilla y plátanos verdes machacados.
Camba muerto: podría considerarse la versión beniana de la comida fast-food, ya que su consumo se está difundiendo también fuera del departamento. Originario de la región de Magdalena, se elabora con carne molida y sazonada, envuelta en hoja de plátano y puesta a la parrilla.
Masaco de plátano: acompaña el café de la tarde y se elabora con carne de res desmenuzada y plátano, molidos en el tradicional tacú hasta que se mezclen completamente.
Pan de arroz: también presente en la mesa a la hora del “café de siesta”, se elabora con harina de arroz, yuca molida y queso.
Payuje: postre a base de plátano, hervido con canela y clavo de olor, y leche.
Chive: es un refresco a base de harina de yuca tostada
La danza de los macheteros
De los 36 pueblos indígenas reconocidos en Bolivia, 18 viven en territorio beniano, con una gran riqueza cultural en lenguas, música y danzas.
Numerosas son las danzas que se interpretan en las festividades religiosas y civiles del departamento, entre otras: la chope, el cochipiyu, los bárbaros, el sarao, los sirionó, los achu, el yorebabasté, los chiman. Sin embargo, la de los Macheteros destaca por su solemnidad y por la imponencia de los tocados de sus bailarines y, en 2013, la Cámara de Senadores la proclamó “Patrimonio Cultural e Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia”.
La danza de los Macheteros es originaria de San Ignacio de Moxos, donde se interpreta para la fiesta del santo patrono, San Ignacio de Loyola, en la víspera y en el día de la celebración (31 de julio). Es una manifestación de la cultura misional, que surgió en época colonial en los llanos de Moxos, de la fusión entre la cultura indígena y la cultura europea, traída por los Jesuitas.
La interpretan solo bailarines hombres, que visten una camisa larga y blanca, sin mangas ni cuello, con franjas coloridas a los costados, y un cuero de piel de tigre en la espalda, que llega hasta los talones, cubiertos con semillas de paichachíes, que suenan como cascabeles. En la mano derecha llevan un machete de madera (tontochi), que da el nombre a la danza y, en la cabeza, un enorme tocado de plumas de parabas (progi, en lengua moxeña), que es el elemento más destacado de la representación. Los bailarines avanzan a paso marcial, mientras van bajando y levantando la cabeza, representando de esta forma la resurrección de Jesucristo y su ascensión a los cielos.
La danza es marcada por el ritmo del tambor y acompañada por tres instrumentos tocados por dos músicos: uno toca la ocarina (chuyu’i), alternando con una flauta de un tono (cáyuré), mientras el otro toca una flauta de tres tonos (jeruré).