El día de las madres en Bolivia es uno de los días más importante del año: la familia se reúne en un almuerzo o en una cena muy especial, los lugares de trabajo y grupos de amigos organizan festejos y pequeñas recepciones, y en los colegios los estudiantes preparan manualidades, aprenden canciones e invitan a madres y abuelas a una ceremonia muy especial en su día.
A diferencia de otros países, donde el día de la madre se celebra el segundo domingo del mes de mayo, en Bolivia este festejo tiene una fecha fija: el 27 de mayo. Así lo determinó la Ley de la República del 8 de noviembre de 1927, promulgada por el presidente Hernando Siles Reyes, que, en su único artículo, establece esta fecha para celebrar el rol fundamental de las madres en la familia boliviana y para rendir homenaje a las Heroínas de la Coronilla, indicando que se debe rendir honores a la madre en todos los colegios e instituciones educativas, al igual que visitar los monumentos conmemorativos.
¿Por qué se celebra el 27 de mayo?
El 27 de mayo de 1812, en el marco de la guerra de Independencia, se desarrolló en las afueras de Cochabamba la batalla de la Coronilla, que vio el sacrificio de cientos de mujeres en el intento de contrarrestar la toma de la ciudad por parte del ejercito español al mando de José Manuel Goyeneche. Es a estas mujeres, cuyos nombres son en gran parte desconocidos y que son recordadas como las Heroínas de la Coronilla, que rinde homenaje el día de la madre boliviana.
Las heroínas de la Coronilla
En 1812 se produjo la segunda insurrección de Cochabamba, liderada por Esteban Arce, que fue finalmente derrotado por el ejercito realista al mando de Goyeneche el 24 de mayo de 1812 en la batalla de Quehueñal, a la altura de Pocona. Luego de la victoria, Goyeneche avanzó hacia Cochabamba, donde el gobernador Antezana, considerando los escasos recursos con los que contaba, decidió rendirse. Sin embargo las mujeres decidieron defender la ciudad y, sacando del depósito de armas fusiles, cañones y municiones, fueron al puesto de San Sebastián en el cerro de la Coronilla, donde colocaron las piezas de artillería. El pequeño ejército era comandado por una anciana ciega, Manuela Gandarilla, y las vendedoras del mercado popularmente conocidas como “chifleras”. El 27 de mayo las tropas de Goyeneche cercaron la colina y desencadenaron una terrible matanza. Entre las muchas mujeres que fallecieron estaba también la esposa de Esteban Arce, mientras que la ciudad fue totalmente saqueada y quemada.