El auge de la goma en el oriente boliviano (Siglo XIX – XX)
Por auge de la goma (o auge gomero) se entiende el periodo, comprendido entre finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX, en el cual la extracción del caucho del árbol de la siringa (hevea brasiliensis), en la selvas de Beni y Pando, contribuyó notablemente al crecimiento de la economía boliviana, gracias a la exportación de este producto, y marcó una etapa de desarrollo para la región del Oriente boliviano.
Este periodo de riqueza fue común a todos los países de la región amazónica, hasta que los ingleses crearon plantaciones de Hevea brasiliensis en Malasia, Birmania, Ceilán y África subsahariana, después de que, en 1876, el botánico Henry A. Wickham había logrado sacar ilegalmente de Brasil las semillas del árbol. Hacia 1914, la cantidad de caucho obtenido de esas plantaciones ya superaba la extraída de árboles silvestres.
Para que entiendas mejor los procesos y acontecimientos relacionados con el auge gomero, te presentamos un pequeño glosario.
Pequeño glosario
Siringa. Así es llamado el árbol del caucho, cuyo nombre científico es hevea brasiliensis (ver abajo).
Siringuero. El trabajador encargado de extraer la resina del árbol de la goma.
Sangrar. Extraer la resina de la goma, mediante un corte en V practicado en de la corteza del árbol.
Bolacha. Es la bola de caucho que se elabora ahumando y coagulando la resina del árbol de la goma. De esta forma la goma era transportada y exportada.
Estrada. Es una “vía” o línea de árboles de la goma. La concesión que el Estado daba para su explotación era cuantificada en hectáreas y estradas.
Enganchador. Era quien contrataba a los trabajadores mediante el tristemente célebre sistema del “enganche” (ver abajo).
Enganchado o Renganchado. Trabajador contratado bajo el sistema del enganche o renganche.
La Hevea brasiliensis
También conocido como árbol del caucho o “siringa”, pertenece a la familia de las euforbiáceas y mide entre 20 a 30 m de altura. El caucho se fabrica de su resina blanca o amarillenta, que se “sangra” del tronco mediante incisiones angulares en V. El trabajador que extrae la resina del caucho es llamado “siringuero”.
Cronología del auge gomero
1839. Charles Goodyear descubre la vulcanización del caucho, volcando por accidente un recipiente con azufre y caucho encima de una estufa, y observando que la mezcla se endurecía volviéndose impermeable. Goodyear denomina al fenómeno vulcanización en honor a Vulcano, el dios romano de los metales, el fuego y las forjas. A raíz de este descubrimiento empieza el uso del caucho en múltiples aplicaciones a nivel industrial y doméstico.
1862. Santos Mercado es el primer cruceño que construye un barraca para la explotación del caucho, en la ribera derecha del río Madera. Esta, y una segunda barraca que Mercado levantó en la ribera opuesta, fueron los asentamiento más septentrionales de la ocupación boliviana del río Madera.
Años 60 del siglo XIX. Otros empresarios cruceños construyen barracas para la explotación del caucho en el curso alto y medio del río Madera.
1867. Con el Tratado de Límite, Bolivia entrega esta región a Brasil, y todas estas instalaciones para la explotación gomera tuvieron que ser abandonadas por la empresas bolivianas.
1872 en adelante. Empieza la explotación de los gomales en la zona del río Beni.
1882. Nicolás Suárez funda Cachuela Esperanza, la ciudadela a orilla de río Beni que, a lo largo de los siguientes cuarenta años, será el centro administrativo de su empresa gomera, una de las más importantes de la región amazónica.
1896. Se promulga la Ley de Enganche, que intenta frenar, sin mucho éxito, los abusos que se cometían en contra de los trabajadores contratados para trabajar en los gomales.
1897 Muere Antonio Vaca Diéz que, junto con Nicolás Suárez, fue uno de los grandes empresarios del auge gomero
1910. Es el año de mayor producción, las exportaciones de goma alcanza un valor de 27 millones de bolivianos.
1921-24. Por la competencia de las plantaciones en el sur este asiático, la exportación de goma cae dramáticamente, alcanzando su valor más bajo con 3 millones de bolivianos por año. Es el final del auge gomero.
Los empresarios de la goma
Dos primos hermano, Antonio Vaca Diez, originario del Beni, y el cruceño Nicolás Suárez Callaú fueron los empresarios más relevantes del auge gomero. El primero contribuyó a establecer la ruta fluvial entre el río Beni y el río Mamoré, mientras el segundo fue el fundador de Cachuela Esperanza, la ciudadela construida a orillas de las homónima cachuelas del río Beni, en los límites entre los actuales departamentos de Beni y Pando. Cachuela Esperanza llegó a ser un centro administrativo con eficiencia y comodidades de estilo europeo, conectado por vía fluvial directamente con los puertos del Océano Atlántico, desde donde se exportaba el caucho a Inglaterra. Hacia el final del siglo XIX contaba con 2.000 habitantes, entre ellos varios técnicos e ingenieros europeos, y lucía edificios de madera en estilo victoriano, entre los cuales destacaban la lujosa mansión de Nicolás Suárez, la escuela, el hospital, la capilla, un hotel y hasta un teatro, un casino y un pequeño ferrocarril de 800 m. Quien visite hoy Cachuela Esperanza puede vislumbrar su antigua belleza en la Capilla de la SS. Trinidad y el Teatro General Pando.
El enganche
Si por un lado el auge gomero significó un gran impulso económico y la inserción de la región del Oriente Boliviano en la economía mundial, acompañados por la ostentación de lujo y riqueza, por el otro sus costos humanos fueron tremendamente elevados, ya que la extracción de la goma requería de grandes cantidades de mano de obra barata.
Los indígenas de los territorios de la Chiquitanía y de Guarayos fueron sacados forzosamente de sus comunidades y llevados a trabajar en las selvas del Beni, donde muchos murieron por las condiciones ambientales y por la brutalidad del trabajo forzado. Otros se internaron en las zonas más remotas de sus territorios para escapar de esta servidumbre, como ocurrió con los grupos de Chiquitanos que fundaron nuevas comunidades en la zona de Lomerío, ubicada entre San Javier y Concepción.
Otros trabajadores – que procedían de los centros urbanos de Bolivia, particularmente de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, y del extranjero – quedaron atrapados por el perverso sistema de endeudamiento llamado “enganche” o “renganche”. Los empleados eran contratados por un “enganchador” y, después de quedarse confinados en una vivienda varios días hasta que se completara la caravana, eran llevados engrillados a los gomales, para impedir que se escapen durante el largo y dificultoso camino. En los gomales vivían bajo un sistema laboral que se basaba en un círculo vicioso de deuda: el “patrón” asignaba un territorio determinado a cada siringuero, en el cual este sangraba diariamente varias estradas o vías de árboles, para recolectar la resina, que luego era ahumada y coagulada en bolachas. El patrón adelantaba a cuenta del empleado alimentos, medicinas, armas, herramientas, vestimenta, que el empleado debía pagar con las bolachas de caucho, saldando así parte de su deuda pero endeudándose nuevamente para recibir un nuevo adelanto de mercaderías. El trabajador podía comprar mercadería y entregar la goma recolectada solo al “patrón”, quedando de esta forma, prácticamente “enganchado” de por vida.
Los reclamos frente a esta brutal explotación laboral impulsaron la promulgación en 1896 de la Ley del Enganche, que prohibía esta práctica. Sin embargo en Santa Cruz de la Sierra, que era el principal centro de contratación de los trabajadores, la prohibición no se logró aplicar por la connivencia de las autoridades departamentales con los enganchadores. En 1906 un grupo de destacados ciudadanos, indignados frente a esta práctica, se reunieron en la agrupación Defensa Social, logrando primero liberar un grupo de enganchados traídos desde la provincia Cordillera y luego el retorno de otro grupo enviado hacia Riberalta. Finalmente obligaron a que la Ley de Enganche se aplique también en Santa Cruz y que esta práctica se reduzca notablemente.